Los vehículos están cada vez más conectados y son susceptibles de sufrir ciberataques.
Hablamos sobre los riesgos vinculados con la ciberseguridad de los automóviles más modernos que son capaces de recopilar información sobre nuestro tipo de conducción: a qué velocidad circulamos, a qué horas lo hacemos, o a dónde vamos gracias al GPS.
Los coches están dotados de sistemas operativos que permiten vincular nuestros smartphones con sus sistemas de ocio. Además, muchos elementos del coche están conectados a un ordenador de a bordo al que se puede acceder a través de una conexión USB, Bluetooth, WiFi, 3G o 4G. Es decir, nuestros coches son más inteligentes, generan datos, nos ofrecen más información, están muy conectados, pero también hacen que sea factible que terceras personas tengan acceso a esa información e incluso interactúen con elementos de nuestro vehículo de manera remota.