Su padre pide que "pare" el bullying que sufre su hija
"¿Cómo le enseño yo ahora a mi hija a que se defienda y a que pegue, si es necesario, cuando siempre le he enseñado que no pegara?". Es la reflexión que hace R.V., padre de una adolescente de 18 años que lleva un año sufriendo bullying por parte de unas compañeras que hasta esta Navidad iban con ella al instituto y que continúan intimidándola por la calle.
Las amenazas y agresiones a la chica empezaron en mayo del año pasado, un día que la joven -entonces menor- estaba con un grupo de amigos en el puerto de Sant Antoni cuando dos examigas suyas, con las que "estaba enemistada", empezaron a increparla y a acusarla de haber hablado mal de ellas a sus espaldas.
Tras las intimidaciones, las adolescentes empezaron a amenazar a la víctima ("te vamos a arrancar los pelos") y a agarrarla con fuerza de los brazos dejándole marcas que mantenía la chica cuando fue a denunciar a la comisaría de la Policía Nacional de Ibiza.
La menor llamó a su padre pidiendo ayuda y este, a su vez, contactó con la Policía Local de Sant Antoni, que acudió al puerto enseguida, aunque las presuntas agresoras ya habían "salido a la carrera", detalla la denuncia. "La menor recibe mensajes de A.C., en los que amenaza con agredirla si publica o cuenta algo de lo sucedido", continúa el escrito presentado ante la Policía.
"Le decía que la iba a reventar si denunciaba", relata el padre de la adolescente. La víctima no cesó de recibir, en los días siguientes, audios por parte de A.C. en los que la amenazaba con este tipo de frases: "Te cojo y te reviento la cabeza y te arranco los pelos". Por lo que padre e hija volvieron a denunciar los hechos, en este caso, en el cuartel de la Guardia Civil en Can Sifre.
Ciberbullying por Instagram
Tras este episodio, los agentes se personaron en el instituto y denunciaron el caso junto a la dirección del centro educativo, lo que hizo que el acoso remitiera en cierta medida.
Sin embargo, las humillaciones y vejaciones de todo tipo continuaron por parte del grupo de agresoras, que le "gritaban y grababan" por la calle y le "amenazaban con partirle la cara si iba a la escuela", según recoge una tercera denuncia. Además, aparecieron pintadas en los asientos en la estación de autobuses de Sant Antoni con "insultos" hacia la víctima. Estos insultos se repetían a través de Instagram y de TikTok, donde el grupo abrió varias cuentas con el nombre de la denunciante en las que publicaban fotos suyas sin su consentimiento para "humillarla".
"También colgaron fotos de mi hija con insultos escritos en la estación [de autobuses]", cuenta el padre. La situación generó que ambos entraran en un continuo "estado de ansiedad". La adolescente empezó a recibir atención psicológica en la Policlínica, y R.V. ha pedido, por su parte, cita en Cas Serres para ser atendido también por un psicólogo. "Me da miedo reaccionar mal en algún momento por lo que está sufriendo mi hija", expresa dolido.
Apenas una semana después de interponer la tercera denuncia (a finales de julio del año pasado), cuando la menor salía del cine, dos de las presuntas agresoras la abordaron con "tono intimidante", algo que hacían, por otro lado, cada vez que se la encontraban por la calle. Otro de los episodios tuvo lugar en un supermercado de Sant Antoni, donde la víctima estaba con su padre, cuando las dos adolescentes se acercaron con la misma actitud "intimidante" llegando incluso a "agarrarles el carro para empujarlo" mientras insistían para hablar con el hombre.
Meses más tarde, con el comienzo del nuevo curso escolar (2023-2024) se reinició el acoso, que se extendía a cualquier menor dentro de nuevos círculos de amistades que hiciera la afectada para "aislarla socialmente", especifica la quinta denuncia. Así, las acosadoras le gritaban frases en el recreo como "qué asco da el grupo de [y su nombre]", lanzaban insultos contra ella e incluso, en una ocasión en concreto, llegaron a "lanzarle piedras", lo que requirió de la intervención de varios profesores.
Los presuntos agresores la provocaban también en el autobús escolar y continuaban el acoso por audios con mensajes como: "Me tienes hasta los putos cojones" o "no te lo digo a malas, pero tampoco a buenas, le caes mal a todo el puto mundo, ¿no lo ves?".
La situación ha afectado a su vida diaria y a sus estudios, en los que lleva dos años de retraso. En diciembre, tras otro episodio similar en que el hermano de una de las agresoras insultó a padre e hija durante un evento de Navidad en Sant Antoni, la menor denunciada fue cambiada de instituto.