Los casos de ciberacoso repuntan en toda la UE y uno de cada seis adolescentes sufre
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado este miércoles de un aumento de los casos de acoso entre jóvenes, en concreto del ciberacoso, en toda Europa, y señala que cerca de un 15% de los adolescentes de 11, 13 y 15 años ha sufrido algún episodio en el último mes. El informe, que analiza los patrones de violencia a edades escolares respecto al año 2018, señala que, en el caso de los chicos, el porcentaje de víctimas del bullying cibernético ha crecido del 12% al 15% y, en el de las niñas, del 13% al 16%. El documento constata que el número de jóvenes que perpetran la intimidación también ha crecido: del 12% al 14% en el caso de niños y del 7% al 9% en el caso de las niñas. Ahora bien, el análisis remarca que existen diferencias entre estados en cuanto al ciberacoso juvenil. Mientras países como Lituania, Inglaterra, Letonia o Dinamarca tienen unos porcentajes de media muy elevados y con diferencias muy acentuadas entre los géneros, España se sitúa en la cola del ranking, tanto en las víctimas como en los acosadores.
El informe, realizado a partir de los datos de 44 países y regiones europeas, pone el foco en tres edades diferentes (11, 13 y 15 años) y divide las de ciberacoso entre quien lo sufre y quien lo perpetra. En ambos bloques, España cierra el ranking con los registros más bajos (menos entre los acosadores de 11 años, que es Suiza quien tiene una media más baja). En el caso del ciberacoso, la OMS alerta de que entre un 29% y un 18% de los chicos y chicas de 11 años afirman haber sufrido al menos dos o tres veces al mes en países como Lituania, Inglaterra o Dinamarca. A partir de los 13 años, el país con mayores cifras vuelve a ser Lituania, seguido de Letonia, Polonia y Hungría. A partir de los 15 años se suma también Bulgaria.
Aunque el acoso también ha aumentado en España, como en el resto de países de la UE, el Estado tiene los porcentajes más bajos de víctimas de ciberacoso en las tres edades: un 7% de los jóvenes de 11 años dicen haber sido víctimas de sus compañeros, así como un 10% de los que tienen 13 años y un 5% de los que tienen 15. De hecho, la cifra media española es inferior a la de Grecia (10% en las tres edades), Francia (12% a los 11 años, 11% a los 13 años y 8% a los 15 años) o Países Bajos (14%, 11% y 9%, respectivamente).
En cuanto a los jóvenes de 11, 13 y 15 años que admiten haber intimidado a otros jóvenes al menos dos veces en los últimos meses, entre los países que registran datos más elevados hay, de nuevo, Lituania (26%), Rumanía (20%) e Inglaterra (11%). En este caso, España se mantiene en la cola del ranking, con un 3% de acosadores. Sin embargo, el informe destaca una diferencia entre géneros en el caso del grupo de 11 años: las chicas (5%) intimidan más que los chicos (2%).
Necesidad "urgente" de intervenir
Los episodios de acoso en solitario o en grupo entre jóvenes comienzan con insultos y ridiculizaciones en el aula que se prolongan también en las redes sociales, pero, en muchos casos, el acoso culmina con amenazas, coacciones o lesiones para someter a la víctima , que termina hundida en una espiral violenta. Según el informe europeo, los niveles de bullying físico se han mantenido "estables" desde 2018, pero lo que se hace a través de internet se ha incrementado. El acoso que comienza en el aula y que antes se focalizaba en el entorno escolar ahora suele continuar en las redes porque las barreras físicas se han diluido. De hecho, hace tiempo que las autoridades e incluso los cuerpos de seguridad alertan de que el fenómeno del ciberacoso ha ido in crescendo.
"Este es un problema de salud y de derechos humanos, y debemos intensificar los esfuerzos para proteger a nuestros hijos de la violencia y los daños, tanto fuera de línea como online", afirma el director regional del OMS en Europa, Hans Kluge. Según el informe, la digitalización de las interacciones tiene "impactos potenciales profundos en sus vidas". "Los jóvenes pasan hasta seis horas online cada día, así que incluso los pequeños cambios en las tasas de acoso pueden tener implicaciones profundas para su salud", ha dicho Kluge, que ha puesto de ejemplo episodios de autolesiones o de ideación suicida.
En este sentido, el director ha afirmado que cifras como las del informe resaltan la "urgente necesidad" de intervenciones que involucran a educadores, padres, líderes comunitarios y políticos para impulsar la competencia y la seguridad digitales. El estudio también evidencia que los niños muestran una mayor tendencia a la agresión y la lucha que las niñas, lo que requiere incidir en interacciones de regulación de las emociones y sociales. La oficina europea de la OMS añade que, para detener el incremento de niñas que intimidan y acosan, son necesarias soluciones que "promuevan la seguridad digital, la empatía y la cultura de la inclusión".